Juan 7:17 “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta”.
Por: Pst. David Agustín Pérez Vera
Conocer la voluntad de Dios, no es precisamente un problema en estos tiempos, por cuanto a diferencia de los inicios de la iglesia primitiva, hoy tenemos acceso en gran parte del mundo a la lectura y estudio de la Biblia, en donde el Eterno y Soberano Dios da a conocer su Voluntad perfecta y revelada. Ahora en el primer siglo la gente de esa época luchaba y dudaba al considerar si es que, lo que nuestro Señor Jesús hablaba era o no la Voluntad del Padre. Para mayor comprensión leamos la cita en la versión Nueva Traducción Viviente “Todo el que quiera hacer la voluntad de Dios sabrá si lo que enseño proviene de Dios o solo hablo por mi propia cuenta”.
En ese contexto la misma Palabra de Dios nos da el marco referencial de lo antes mencionado en el evangelio del discípulo amado. Juan 7:12 “Se oían muchas discusiones acerca de él entre la multitud. Unos afirmaban: «Es un buen hombre», mientras que otros decían: «No es más que un farsante que engaña a la gente»” NTV. Jesús estableció normas de la guía divina aprovechando la oportunidad. El requisito esencial para conocer la voluntad de Dios, conforme a lo dicho por Jesús, es la disposición para hacerla. La voluntad de Dios para quienes creen en El, es que, vivan en Cristo con el propósito de establecer su Reino venciendo al maligno y siendo plenamente el pueblo que Él nos ha llamado a ser.
Jesucristo, como nuestro Señor y Maestro, oraba con mucha entrega y nos deja de Su ejemplo para seguir sus pisadas. Mateo 6:9-10 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. Hoy somos confrontados y debemos de preguntarnos ¿Nosotros pedimos que se cumpla la voluntad de Dios en la tierra, como se cumple actualmente en el cielo?; ¿Oramos así?.
Evidentemente que la voluntad de Dios está siendo ejecutada de forma perfecta en el Cielo, pero no en la tierra. La pregunta una vez más es: ¿Está usted totalmente consagrado a hacer la voluntad de Dios, sin saber con toda certeza cuál es? ¿Cree en realidad que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta? Si Dios es Dios y lo llamamos Señor, hacer la voluntad de Dios es obedecer sus mandamientos; ceder nuestros corazones y vivir conforme a sus principios y valores eternos, Shalom.