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Hebreos‬ 4:16 “Así que, cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios. Él nos ayudará, porque es bueno y nos ama”.  TLA‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Por: Pst. David Agustín Pérez Vera

La cercanía hacia un ser querido es muy maravillosa, por cuanto sientes amor, paz, ternura y tantas cosas sin palabras que se trasmiten cuando estamos cerca a esos seres queridos, como es nuestra amada familia, sean estos, padres, hijos, hermanos, en fin, la familia en general. Ahora en el contexto del texto, hoy el autor al libro de los Hebreos, nos da un espacio para realizar una analogía respecto a cuándo nos acercamos a nuestro Eterno y Soberano Dios. 

Por eso podemos decir, que maravilloso es nuestro Padre Celestial Jehová de los Ejércitos, nos escucha en silencio, nos mira sin criticar, valora nuestros sentimientos, nos ama sin preguntar. Esto nos anima a acercarnos “con confianza” ante su maravilloso trono de Gracia y Misericordia. 

Ahora, esta palabra podría ser mal interpretada y sugerir que podemos acercarnos a Él de una manera irrespetuosa, con ligereza, frivolidad y falta de seriedad, demostrando demasiada confianza o incluso, cierta actitud engreída. Al respecto, en el idioma griego, la palabra “parrhesia”, denota la libertad de expresión. Podemos hablar con total libertad con el Señor Jesucristo. Yo le puedo contar a Él todas las cosas, incluso aquellas que no contaría a nadie. Él me comprende. Él conoce mis debilidades y por lo tanto las puedo compartir con Él. 

He aprendido a ser muy sincero con mi Señor y Redentor. No he intentado abusar de su confianza, pues no me agrada ese tipo de trato. Él es Dios y yo me acerco a Él con una actitud de adoración y reverencia. Pero también me siento con libertad para hablar, porque Él también experimentó en su humanidad lo que tu y yo sentimos como seres humanos. Y es que, a veces podemos hacer una oración que causa una impresión, especialmente cuando estamos tratando de ocultar la realidad de nuestros corazones y de nuestras vidas.

Por eso en este punto de quiebre hagámonos las respectivas preguntas de rigor ¿Ya nos hemos dirigido a Dios hoy? ¿Le hemos dicho que le amamos? ¿Le hemos confesado nuestros pecados? Lo podemos hacer con confianza Él ya nos conoce, pero digámosle frente a Su Presencia, no tratemos de aparentar, porque nada hay oculto a los ojos del Dios Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente. Sigamos las pisadas de Jesús, quien nos dejó ejemplo digno de la verdadera confianza en la intimidad con nuestro Padre Celestial. Shalom.

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