Jeremías 17:7-8 “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.
Por: Pst. David Agustín Pérez Vera
Amados hermanos y amigos, hoy es el Día que Jehová ha hecho para que Su pueblo se goce y se alegre en Él. Que bendición gozarnos en el Señor y hacerlo confiadamente solamente en Él por medio de Su Hijo amado Jesucristo. Así que hoy démosle gracias a Dios por darnos la dicha y la bienaventuranza de que ahora nuestras vidas descansan plenamente en Él y eso provoca en nosotros que seamos llenos de completa Paz, tal como lo dice el profeta Isaías, si nuestros pensamientos perseveran en Dios porque en el confiamos.
En este contexto, la Palabra de Dios nos pone frente a un adjetivo para todo aquel que confía en el Eterno y Soberano Dios. El término “Bendito” significa: bendecido con abundancia, bienaventurado, dichoso, felices. La fuente de la felicidad es la confianza en el Eterno, por otro lado, una de las peores cosas del ser humano es la ansiedad, la angustia, la inquietud, la congoja. Lo cual trae consigo preocupación y enfermedad. Marcos 4:37-41 “De pronto se desató una tormenta. El viento soplaba tan fuerte que las olas se metían en la barca, y esta empezó a llenarse de agua. 38 Entre tanto, Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron: —Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo? 39 Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. 40 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí? 41 Pero ellos estaban muy asombrados, y se decían unos a otros: «¿Quién es este hombre, que hasta el viento y el mar lo obedecen?”. TLA.
En el día a día, todos y cada uno de nosotros en nuestra humanidad tenemos temores, muchas veces nos asaltan las preocupaciones, en ocasiones nos aniquila la impotencia y nos consume la angustia; pero es precisamente en esas condiciones cuando más debemos confiar en Dios, porque sabemos que Él está a cargo y sabrá sacarnos adelante de cualquier circunstancia. En este sentido y como las Escrituras lo manifiestan en este día, no podemos dejar de confiar en que el Eterno y sólo Él está a cargo de todo en nuestras vidas, por eso, tenemos que solamente descansar y confiar de que en mejores manos no podemos estar sino en las de Jesús nuestro Señor y Salvador.
El sabio Salomón inspirado por el Espíritu Santo nos dice: Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia”. Por eso confiemos en el Eterno y Él hará. Cuando confiamos en Dios tenemos bendición, así que, confiar en Dios produce seguridad en nuestras vidas.
Gracias Eterno y Soberano Dios por la confianza que Tú produces en nosotros, ayúdanos a no desesperarnos y ser cómo ese árbol que está junto al río reverdecido siempre, para dar fruto al treinta, sesenta y ciento por uno. Shalom