Corintios 10:31 “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

Por: Marianella Layana de Jácome

Derick Hulse, exfutbolista hondureño, vivió una vida de éxito, pero también de excesos. Tras sufrir un infarto cerebral que casi le cuesta la vida, Hulse se vio confrontado con la fragilidad de su existencia y la necesidad de un cambio radical, decidió hacer un pacto con Dios para cambiar su rumbo: si le concedía la oportunidad de sanar, él se comprometería a seguirle de todo corazón.   Milagrosamente se recuperó y dejó el fútbol para dedicarse al ministerio, ayudando a jóvenes y compartiendo su testimonio de transformación por la fe.

Estamos llamados a vivir para la gloria de Dios en todas nuestras acciones, decisiones y relaciones. No solo debemos evitar el pecado o hacer mal, sino también buscar hacer el bien, ser luz en la oscuridad y reflejar el amor de Cristo en todo lo que hacemos.

Nuestra vida debe glorificar y adorar a Dios.  No se trata solo de las actividades religiosas, sino de cada aspecto de nuestra vida. Desde lo más cotidiano, como comer y beber, hasta nuestras decisiones más importantes, todo debe estar orientado a glorificar a Dios.

Pablo nos enseña que todas nuestras acciones deben reflejar el amor y respeto hacia Dios, y también hacia los demás. Al vivir de esta manera, mostramos al mundo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas transformándolas.

Padre Celestial: Enséñanos a vivir para glorificarte en todo momento, incluso en los detalles más simples de nuestra vida. Amén.