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Efesios 4:24 “Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.

Por: Nelly Jácome de Pérez 

Debemos quitarnos y dejar de lado nuestro viejo yo, es decir, la forma en que solíamos vivir la vida. ¿Qué está mal con nuestra antigua manera de vivir? ¿Qué está mal con nuestro viejo yo? ¿Por qué no puedo seguir viviendo como vivía antes? El apóstol Pablo nos dice que tenemos que dejar de lado el viejo yo y desecharlo porque está corrompido por deseos engañosos. 

¿Por qué es tan difícil quitarnos la ropa de nuestra antigua forma de vida? La ropa nueva se siente rara. La ropa nueva se siente rígida. No se siente bien. Pero Pablo nos está dando una imagen de que necesitamos deshacernos de esta ropa vieja. Sé que se siente cómoda y que tienes algunos sentimientos cariñosos. Pero tienes que tirar esta ropa vieja. Tenemos que verla como corrupta y engañosa. 

Despojarse del “viejo yo” no es solo cambiar algunas cosas en tu vida o un par de comportamientos. Despojarse de esta ropa significa deshacerse de toda nuestra forma de hacer las cosas. Significa deshacerse de nuestra forma de pensar sobre la vida. Ya no hacemos las cosas porque así lo hace mi familia, mis amigos, mi cultura, mi país, mis compañeros de trabajo o cualquier otra persona. Me estoy deshaciendo de esa ropa vieja y la pongo en la basura. Este es el primer paso hacia la esperanza de dejar atrás el pasado. 

Una mentalidad renovada cambiará nuestra forma de vida. Las decisiones que tomamos, lo que decimos y lo que hacemos serán diferentes ahora que el filtro de Cristo está puesto. La ropa nueva es “creada a la semejanza de Dios en verdadera justicia y santidad”. La nueva mente nos llevará a un estilo de vida radicalmente diferente porque nuestro estándar de pensamiento y vida no será el mundo, sino Dios. El objetivo de nuestra transformación es que seamos creados a la semejanza de Dios. Debemos ser a imagen de Dios. Debemos mostrar a Dios al mundo a través de nuestros pensamientos y acciones, Amén.

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