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Colosenses 1:9  “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”.

Por: Nelly Jácome de Pérez

El conocimiento de la voluntad de Dios se basa en un profundo conocimiento personal de Dios. No es un conocimiento teórico, no es conocimiento de un libro. Es una experiencia personal con el Dios vivo.  Dios ha revelado su voluntad en la persona y obra de Jesucristo. 

El resultado de ese conocimiento va a cambiar nuestras vidas diarias. El conocimiento de la voluntad de Dios nos llama a vivir conforme a su voluntad. Toca todas las áreas de nuestro ser. Captura nuestros pensamientos, afectos, motivaciones y deseos. Cuanto más lo conocemos, más le amaremos y cuanto más lo amamos más vamos a obedecerle. Jesús dijo a sus discípulos: “Si me amáis, guardad mis mandamientos (Juan 14:15)”. 

Hay dos cosas que nos capacitan para descubrir la voluntad de Dios. La primera es “inteligencia espiritual”. Esto es la sabiduría que viene del Espíritu, no de la mente natural del hombre. Eso es lo que necesitan descubrir los cristianos: lo que Dios piensa sobre la vida. Eso es realidad. Si quieres ser realista, entonces lee y estudia tu Biblia para descubrir cómo Dios ve las cosas. Todo lo demás es fantasía. Si quieres vivir de forma realista, aprende inteligencia espiritual, la sabiduría de Dios.

La segunda cosa necesaria para descubrir la voluntad de Dios es “sabiduría”. Eso es la aplicación de la inteligencia que estás aprendiendo a las circunstancias específicas de tu vida. Sabiduría es una visión clara de lo que se necesita hacer. Algunos están teniendo dificultades con problemas y no saben lo que hacer. La primera cosa que hacer es entender cómo Dios ve tu problema y lo que dice sobre ello en la Palabra. Entonces te vendrá, al orar y buscar Su presencia, una visión clara de lo que se necesita hacer, qué paso dar o no dar. Estas no son habilidades naturales. Son dadas por el Espíritu y, por lo tanto, posible a todos los creyentes. Así que, cuando abras tu Biblia, ora que Dios te ayude a entender lo que dice.

Pablo tenía la costumbre de orar por las iglesias todos los días. Fue su pasión por ver a Dios obrando en sus vidas.  Es mi oración, que como iglesia de Cristo podamos sentir esa misma pasión, de orar por nuestras vidas y por todos los santos, a fin de ser llenos de todo conocimiento, sabiduría e inteligencia espiritual, Maranatha ¡Cristo viene pronto!.

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