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Colosenses 2:7 “Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis aprendido, abundando en acción de gracias”.

Por: Ericka Herrera de Avendaño

El crecimiento en la doctrina de Cristo es fundamental para la salud espiritual de la iglesia. Hoy, Pablo nos exhorta a estar “arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe.” Este versículo nos muestra que el crecimiento en la fe no es una tarea superficial, sino una profunda y continua transformación que debe estar cimentada en la enseñanza de Jesucristo.

La metáfora de estar “arraigados” en Cristo sugiere una conexión profunda y establecida. Así como un árbol necesita raíces profundas para mantenerse firme y nutrido, nuestra fe necesita estar firmemente arraigada en la doctrina de Cristo. Esto implica un conocimiento profundo de su enseñanza y una vida que refleja esos principios. Jesús mismo dijo en Juan 15:5, “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto”. Estar arraigados en Cristo nos permite crecer y dar mucho fruto.

La construcción de nuestra vida espiritual sobre el fundamento de Cristo es un proceso continuo. La iglesia debe crecer en su entendimiento de la verdad revelada en las Escrituras. En 1 Pedro 2:2 se nos instruye: “Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”.  El crecimiento espiritual no solo debe llevarnos a una mayor comprensión, sino también a una actitud de gratitud. Pablo enfatiza que debemos “abundar en acción de gracias.” Nuestra respuesta a la enseñanza de Cristo debe ser una vida de adoración y agradecimiento, reconociendo que todo lo que somos y tenemos proviene de Él.

Amada iglesia, crezcamos en la doctrina de Cristo con un corazón arraigado en su verdad. Permitamos que su enseñanza nos transforme, edificándonos sobre el fundamento de su amor y su palabra. Al estar arraigados en Cristo y confirmados en la fe, llevaremos mucho fruto. Que nuestra búsqueda de conocer más a Dios y ser agradecidos, reflejen la profundidad de nuestra obediencia a Cristo.

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