Colosenses 3:13 “Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.
Por: Xavier Yánez Cando
El Apóstol Pablo continúa su exhortación a los Colosenses sobre cómo vivir una vida que refleje su nueva identidad en Cristo. Después de hablar sobre las virtudes que deben “vestir”, ahora se enfoca en la importancia del perdón en las relaciones interpersonales.
Este versículo nos llama a practicar el perdón de manera activa y constante. No se trata solo de tolerar a los demás, sino de perdonar activamente sus ofensas, así como Cristo nos perdonó a nosotros. El perdón es una vestidura diaria, que debemos ponernos para mantener la armonía en el cuerpo de Cristo.
Reconocemos que todos somos imperfectos y que inevitablemente nos lastimaremos unos a otros. Debemos estar dispuestos a soportar las debilidades y los defectos de los demás con paciencia y comprensión. El perdón no es opcional, sino un mandamiento, debemos perdonar a los demás, así como Cristo nos perdonó, sin reservas y sin condiciones.
El perdón de Cristo es el modelo perfecto para nosotros. Él nos perdonó a pesar de nuestras ofensas, y nosotros debemos hacer lo mismo con los demás, como iglesia de Cristo es la mejor manera de demostrar el amor hacia el prójimo.