Colosenses 3:16 “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”.
Por: Ericka Herrera de Avendaño
En una iglesia que persevera anclada en la fe, la enseñanza y la sabiduría son fundamentales para el crecimiento y la unidad de la comunidad. Para que la enseñanza y la sabiduría florezcan en una iglesia, es esencial que la Palabra de Cristo more en abundancia en nuestros corazones. Esto significa que debemos estudiar y meditar en las Escrituras diariamente, permitiendo que la verdad de Dios transforme nuestras mentes y corazones. Al hacerlo, estaremos mejor equipados para enseñar y guiar a otros en el camino de la fe.
En una iglesia perseverante, la enseñanza no es responsabilidad exclusiva de los líderes o pastores; todos somos llamados a compartir el conocimiento y la sabiduría que hemos recibido. Al exhortarnos mutuamente, nos animamos a permanecer fieles y a vivir conforme a la voluntad de Dios.
La sabiduría es un don precioso que debe buscarse y cultivarse en la comunidad de fe. La verdadera sabiduría proviene de Dios y se manifiesta en la aplicación práctica de sus enseñanzas en nuestra vida diaria. Al enseñar con sabiduría, ayudamos a otros a discernir la voluntad de Dios y a tomar decisiones que honren su nombre.
El versículo también menciona la importancia de cantar con gracia en nuestros corazones al Señor. La alabanza y la adoración son expresiones de nuestra gratitud y amor por Dios. A través de los salmos, himnos y cánticos espirituales, recordamos las grandes obras de Dios y reforzamos nuestra fe.
Amada iglesia, que la Palabra de Cristo more en abundancia en nosotros. Que nos esforcemos por enseñar y exhortar con sabiduría, edificándonos unos a otros en la fe. Y que nuestra alabanza y adoración reflejen la gracia de Dios en nuestros corazones, perseverando juntos como una comunidad anclada en la fe y en el amor de Cristo.