Colosenses 4:2-4 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar”.
Por: Ericka Herrera de Avendaño
En este pasaje, el apóstol Pablo nos exhorta a mantener una vida de oración constante y vigilante, acompañada de gratitud. La perseverancia en la oración fortalece nuestra relación con Dios y nos prepara para enfrentar los desafíos diarios con fe y esperanza. Además, Pablo solicita oraciones específicas para que se le abran puertas para proclamar el misterio de Cristo, incluso mientras está encarcelado por causa del evangelio.
Esta petición destaca la importancia de interceder no solo por nuestras necesidades, sino también por aquellos que llevan el mensaje de salvación a diferentes lugares. Al orar por otros, participamos activamente en la expansión del reino de Dios y en el fortalecimiento de la comunidad de creyentes.
La mención de “velando en ella con acción de gracias” nos recuerda que la oración debe estar caracterizada por una actitud de vigilancia y gratitud. Al mantenernos alertas y agradecidos, reconocemos las bendiciones de Dios en nuestras vidas y permanecemos sensibles a las oportunidades para servir y compartir su amor con los demás.
Evalúa tu vida de oración. ¿Es constante y agradecida? Dedica tiempo hoy para orar por aquellos que están compartiendo el evangelio en diversas circunstancias, pidiendo a Dios que les abra puertas y les dé valentía para hablar con claridad y amor. Señor Jesús, ayúdame a perseverar en la oración con un corazón vigilante y agradecido. Te pido que abras puertas para la proclamación de tu palabra y fortalezcas a quienes llevan tu mensaje, para que lo hagan con valentía y claridad, Amén.