Colosenses 4:5-6 “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”.
Por: Ericka Herrera de Avendaño
Cada día Dios nos da oportunidades para compartir el evangelio, pero muchas veces las dejamos pasar. Puede ser por temor, distracción o falta de preparación. Sin embargo, la Palabra nos exhorta a andar sabiamente y a aprovechar bien el tiempo para compartir a Cristo con quienes aún no le conocen.
Pablo nos enseña que nuestro testimonio y nuestras palabras deben ser con gracia, sazonadas con sal. Esto significa que debemos hablar con amor, sabiduría y claridad, mostrando el evangelio de una manera atractiva y poderosa. No se trata solo de hablar, sino de hacerlo en el momento adecuado y de la mejor manera posible.
Para aprovechar cada oportunidad, debemos estar atentos a las puertas que Dios abre. A veces, una simple conversación con un compañero de trabajo, un vecino o un amigo puede ser el inicio de una transformación en su vida. Una palabra de aliento, un testimonio personal o una invitación a conocer más de Jesús pueden ser suficientes para sembrar la semilla del evangelio.
Señor Jesús, ayúdame a estar atento a las oportunidades que me das para compartir de ti. Dame sabiduría para hablar con amor y claridad, y que mi vida sea un reflejo de tu gracia. Usa mis palabras y mis acciones para llevar tu luz a quienes más lo necesitan, Amén.