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Daniel 1:8: “Se propuso Daniel en su corazón no contaminarse con los manjares del rey ni con el vino que él bebía, y pidió al jefe de los oficiales que le permitiera no contaminarse.

Escrito Por: Jackson Villalobos Duarte

Dentro del contexto donde se desarrollan estos versículos, Daniel detalla la invasión que sufrió el reino de Judá, dentro del período de gobierno del rey Joacim, en el cual, el rey de Babilonia ordenó que trajeran de los hijos de Israel a algunos de la familia real y nobles, jóvenes en los cuales tengan buen parecer y posean una gran inteligencia en todo tipo de conocimiento. Dentro de todos los que fueron llevados ante el Rey babilonio, se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías los cuales fueron instruidos en la escritura y lengua de los caldeos, se les fue designada una alimentación del manjar y vino del Rey; así fueron educados durante el periodo de tres años, a fin de que puedan estar listos para el servicio del Rey babilonio. La parte que más resalta dentro del capítulo 1 del libro de Daniel, es el verso 8, donde se demuestra la determinación que había en Daniel por ser fiel a sus valores, es decir, fiel a la ley de Dios: “Daniel decidió en su corazón” (Daniel 1:8). 

La lección de integridad que podemos observar en este verso, es la determinación o decisión que todo hijo de Dios debe tener en todo momento y en todo lugar que se encuentre; es una realidad que dentro de este mundo nuestro diario vivir se rige en función de los lineamientos que el mismo nos brinda, por ejemplo, todos tenemos que cursar una etapa de estudio, luego realizar alguna actividad laboral, a fin de obtener ingresos económicos que suplan nuestros requerimientos de alimento, vestimenta, entre otros; por lo tanto es menester entender que aunque estamos en este mundo, no somos de este mundo, por lo tanto nuestra conducta o actos, deben diferenciarse de aquellos en los que todavía no les ha resplandecido el evangelio de Cristo. 

Por lo tanto, los lineamientos de este mundo no pueden ser un factor que incida en nuestra conducta, este mundo se afana por tenerlo todo, muchos se afligen en determinadas festividades ocasionando estrés, aflicción, depresión y en algunos casos hasta la muerte, más para los hijos de Dios, ese no es el proceder, pues nuestro Señor nos dice: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”. (Mateo 6:31-32). Hoy le pregunto, ¿Cómo ha decidido vivir?, como uno que vive en esclavitud al mundo o como uno que posee una identidad de hijo de Dios.

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