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Daniel 6:26-27: “De parte mía se proclama un decreto de que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen delante del Dios de Daniel, porque Él es el Dios viviente que permanece para siempre, y su reino no será destruido y su dominio durará para siempre. Él es el que libra y rescata, hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra, el que ha librado a Daniel del poder de los leones.”

Escrito Por: Jackson Villalobos Duarte

En este capítulo, Daniel nos muestra el efecto que produce una vida integra delante de Dios, cuando se guarda con gran fervor sus mandamientos. El capítulo 6 del libro de Daniel señala que, en cierto día los funcionarios del rey Darío buscaron la forma de poder acusar a Daniel,  a fin de quitarle el gran renombre que tenía ante el Rey, por lo cual la biblia en el versículo 4 dice: “No encontraron corrupción en Daniel”; este punto es muy importante dentro de las características de este personaje, pues tenemos un llamado de parte de Dios, tal como lo vemos en Filipenses 2:15, que dice que debemos ser “irreprensibles”, “sin tacha dentro de una generación perversa” y “luminarias en el mundo”. 

Los funcionarios del rey, al no encontrar nada en contra de Daniel tuvieron que irse en contra de su devoción por Dios, impulsando al rey Darío promulgue un decreto que prohíba elevar peticiones a otros dioses que no sea la persona del rey y todo aquel que no cumpla, sea echado a un foso de leones; la biblia dice que, cuando Daniel se enteró de dicho decreto realizó una acción muy determinante, pues pese a la prohibición de la ley terrenal, fue a su cuarto a orar y dio gracias a Dios. Esto nos deja una gran lección para todo creyente, pues vivimos en un mundo que está cegado por Satanás y producto de aquello, nos encontramos en una sociedad donde las leyes incluyen una serie de aspectos que van en contra de la Palabra de Dios, por lo tanto, ¿Cuál debe ser nuestra conducta ante leyes que menoscaban la soberanía de Dios?.

Daniel nos muestra que lo primero que debemos hacer es doblar nuestras rodillas y clamar a Dios, y esta acción el salmista también lo demuestra: Salmos 27:3 “Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado”. Aunque nuestras leyes sigan un rumbo de maldad, tengamos confianza que nuestro Dios librará a sus hijos de todo mal.

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