Deuteronomio 11:19 “Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes”.
Por: Walter Encalada Pazmiño
Tenemos un compromiso con Jesús, Su evangelio debe ser predicada a toda criatura, nuestro caminar va más allá de nuestra fe, nos entregamos a seguir sus enseñanzas e imitando su ejemplo, viviendo por su puesto una vida de servicio y obediencia, sin olvidar que como creyentes reconocemos que Jesús es nuestro Salvador, procurando siempre llevar el mensaje del evangelio a toda criatura, llevar como ejemplo que una vida en Cristo es posible para una vida mejor.
Cuando Dios interviene en cualquier hogar, debemos siempre comprometernos en anunciar su palabra a toda persona inconversa, procurando siempre llevar el mensaje del evangelio para cambiar sus vidas, llevando a cada familia a los pies de Cristo, viviendo una relación personal con Dios a través de su hijo Jesucristo.
Un discípulo sigue las enseñanzas de Jesús buscando imitar al Maestro, recordar que todo discípulo es creyente, pero no todo creyente es necesariamente un discípulo. El Maestro Jesús nos llama a algo más que creer, nos llama a seguirlo y ser su discípulo, es necesario establecer un compromiso con nuestro Maestro, como hijos de Dios debemos mantener una relación diaria con nuestro Padre Celestial mediante la lectura y reflexión de Su Palabra. Asimismo, como discípulos de Cristo debemos velar por los discípulos que conforman el Cuerpo de Cristo, prestando la ayuda necesaria en caso de requerirlo.
Debemos recalcar que nuestro legado como hijos de Dios siempre será de servicio y más con los nuevos creyentes, compartiendo con ellos la Palabra de Dios, guiándolos a través de la sana doctrina, estableciendo que todos los nuevos convertidos deben reconocer que la Palabra del Señor siempre será su guía, el único faro que alumbrará su caminar cristiano en todo momento, siempre será su sustento para mantener una plena relación con nuestro Padre Celestial.