Deuteronomio 4:36 “Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego”.
Por: Walter Encalada Pazmiño
Todo discípulo es un creyente, pero no todo creyente es un discípulo, (Gary Gibbs), en nuestro caminar cristiano buscamos siempre la guía del Maestro El será siempre muestro faro, nuestra luz al caminar, nos encargó su legado supremo de ir por todo el mundo predicando su evangelio a toda criatura (Lucas 16:15). Y enfatiza el versículo 16 “El que creyere y fuera bautizado, será salvo; más el que no creyere será condenado”. Es necesario ser un seguidor fiel y constante, que culmine plenamente los planes de Dios llevando a más personas inconversas a los pies de Cristo, es decir, no solo se conforma con mirar la cruz, sino toma la cruz, ofrendando su vida para proclamar su Palabra, nuestra meta es obedecerlo siempre, sin olvidar que Dios nos guía por caminos verdaderos, nuestra confianza esta siempre aferrada a Jesucristo, nuestro Salvador.
Por tanto, nuestro caminar es más allá de la fe, siguiendo sus enseñanzas, e imitando siempre su ejemplo, viviendo cada día una vida de servicio y obediencia, como creyente hemos reconocido a Jesús como nuestro salvador, viviendo una relación personal con Dios a través de su amado Hijo Jesucristo, reconociendo públicamente nuestra fe en Jesús (Romanos 10:9-10 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios lo levanto de los muertos serás salvo), recibiendo el perdón y la gracia de Dios (Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvo por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es un don de Dios, No por obras, para que nadie se gloríe).