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Efesios 1:18 “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.

Escrito Por: Ps. David Pérez Vera

Por la misericordia de Dios hemos sido creados con distintos órganos que cumplen multitud de funciones para la operatividad del cuerpo humano. Hoy la Palabra nos refiere a uno en específico como son los ojos. La definición que le da la biología es la siguiente: “El ojo es una estructura en forma de globo encargada de detectar la luz y convertirla en impulsos nerviosos con la finalidad de que se lleve a cabo la visión. Es uno de los más importantes órganos de los sentidos, se encuentra en número par en la parte alta de la cara. El ojo está conformado por una serie de estructuras, muchas de ellas completamente cristalinas para permitir la entrada de la luz lo cual es imprescindible para la visión”.

Ante ello, comprendemos la importancia desde lo natural para que sirven los ojos, en tal sentido tenemos por delante una maravillosa analogía que la pudiéramos leer así “Os sean iluminados los ojos del corazón”. En virtud de ello, podemos comprender que, son los ojos del corazón los que tienen que entender. Uno puede ser intelectualmente brillante, pero eso no garantiza que habrá una comprensión de la verdad espiritual. Las Sagradas Escrituras ponen más énfasis en la comprensión del corazón que en la de la mente. El apóstol Pablo habla de ello en Romanos 10:9-10 “Que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”.

Amados hermanos y amigos, la Palabra nos lleva a la conclusión, que, lo que se refiere al conocimiento espiritual, ninguna persona puede comprenderlo aparte del Espíritu de Dios. Siendo que el profeta Isaías lo había compartido al pueblo de Dios y el apóstol Pablo lo cita cuando se dirige a sus hermanos en la iglesia de Corinto, 1 Corintios 2:9-10: “ Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. Por esto, tu y yo, estamos llamados a vivir esta realidad en nuestra vida cristiana, lo cual será posible, sólo en cuanto a lo que usted y yo estemos dispuestos a permitir que el Espíritu de Dios nos enseñe.

El Espíritu de Dios quiere hoy enseñarnos, pero una de las razones por la cual muchos en el pueblo de Dios no alcanzan una comprensión plena de las Sagradas Escrituras es que no están dispuestos a que el Espíritu de Dios les enseñe. Hagamos la diferencia en este día.

Shalom, Cristo viene pronto.

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