Efesios 3: 14-15 “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
El fundamento de la oración de Pablo era su conocimiento del propósito de Dios. Esto significa que el oró con confianza de acuerdo a la voluntad y propósito de Dios.
Nos llama la atención la postura de Pablo para orar, una postura que denota rendición, sumisión, reverencia y sentimientos. Salomón oró en sus rodillas (1 Reyes 8:54). Esdras oró en sus rodillas (Esdras 9:5). Los Salmistas nos llaman a arrodillarnos (Salmos 95:6). Daniel oró en sus rodillas (Daniel 6:10). Las personas venían a Jesús arrodillándose (Mateo 17:14, Mateo 20:20, y Marcos 1:40). Esteban oró en sus rodillas (Hechos 7:60). Pedro oró en sus rodillas (Hechos 9:40). Pablo oró en sus rodillas (Hechos 20:36), y otros Cristianos primitivos oraban en sus rodillas (Hechos 21:5). Y más importante, Jesús oró en Sus rodillas (Lucas 22:41). Precisamente esa postura (de rodillas), dice Filipenses 2, que será la que toda y todos harán ante ÉL, ante El Señor de la Gloria.
Todo lo descrito en el Capítulo 2 de Efesios, es decir, la Obra Reconciliadora, la Salvación por Gracia de Dios en Cristo, pero sobre todo por una Obra de iluminación y comprensión por parte del Espíritu Santo a los creyentes de esta nueva verdad, del tiempo y la dispensación de la Gracia. Es decir, el ora y clama a Dios para que las verdades narradas en el capítulo 2 especialmente, sean una realidad en la vida de los creyentes, es decir, en nuestra vida.
Ante Dios Padre, ya que Él, en Cristo, tiene una familia, quienes le pertenecen, sin importar que sean judíos o gentiles (creyentes no judíos), sin importar la fecha, el lugar, ni lo grupos humanos. Aunque Él es el Dios Creador, Sustentador y Soberano de toda la humanidad, y eso le da derecho como tal, Él es el Padre en un sentido único y especial de nuestro Señor Jesús, y en un sentido amplio y general, de todos/as aquellos/as que se hallan reconciliados con Él mediante la fe (Romanos 5:1 «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo»).
Ese es prácticamente el Mensaje de toda la Biblia, que Dios vive con nosotros; y podemos verlo en el Antiguo Testamento desde el Edén, pasando por el Tabernáculo, Templo (se destruyó y se reconstruyó), y por último y de una manera especial en Cristo, quien tras Su Partida vive en nosotros mediante el Espíritu Santo.
Familias amadas de Dios, que seamos familias apasionadas por conocerle, que tengamos sed por las corrientes de sus aguas eternas que nos ofrecen su amor, fortaleza, provisión, poder, sanidad, consuelo, protección, seguridad, certeza de una esperanza de gloria eterna, para ser embajadores de su gracia a un mundo que se pierde cada día en sus delitos y pecados. Oramos para que la tierra sea llena del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar, Amén. Maranatha ¡Cristo Viene pronto¡.