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Efesios 4:11: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,”

Escrito por: Dayami González López

El primero de septiembre de 1981 Vucetich realizó uno de los descubrimientos más grandes de la historia: la huella dactilar, y aunque sabemos la importancia que esta ha tenido en el mundo moderno, hay algo que debería sobrecogernos aún más. Es el hecho de que, en un mundo de 7.700 millones de personas, nuestro Dios creador, no ha copiado ni un solo modelo de huella para 2 personas.

Pensando en este asombroso hallazgo, nos podemos acercar a Efesios 4:11, donde hablando de Jesús, Pablo nos dice: “a unos constituyó apóstoles, a otros profetas, a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”.

Muchas Iglesias no logran experimentar una unidad en crecimiento, porque no alcanzan a entender que nuestro Dios nos diseñó a cada uno de una forma diferente y nos otorgó diferentes dones, pero no para que éstos fueran sinónimo de contiendas o divisiones, sino para edificar al cuerpo de Cristo.

En el tiempo en que Jesús caminó sobre la tierra, se reunía con la multitud a hablarles del reino de los cielos, pero también se acercaba a atender en la individualidad a quien necesitaba una atención diferente. Se detuvo a sanar a un ciego, a levantar a un paralítico, a echar fuera un demonio.

Podemos alcanzar como iglesia un crecimiento, experimentando la unidad, aún en medio de la diversidad, pero sólo si comprendemos que el objetivo final de la diversidad de dones, es edificar el cuerpo de Cristo y darle la gloria a Dios.

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