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Efesios 4:3 “Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.

Por: Walter Encalada Pazmiño 

Lograr que la iglesia del Señor se mantenga permanentemente en unidad del espíritu, es una tarea que involucra a todos los miembros del cuerpo de Cristo. La comunicación con nuestro Padre Celestial será el inicio para alcanzar ese anhelo, la oración diaria de la Iglesia (Salmo 143:1) con nuestro Padre Celestial, nos dará la luz necesaria para conseguir la unidad espiritual que se espera del cuerpo de Cristo.  

La oración y la lectura diaria de su Palabra reforzará a la iglesia para mantener la unidad, a fin de perseverar en la unidad del espíritu (Salmo 119:105). Unirnos para mantener esa unidad espiritual (Salmo 143:1), poniendo en manos del Señor y cumpliendo su santa voluntad, contribuirá a mantener esa unidad tan anhelada, hasta que Cristo venga por segunda vez, para llevarnos como su novia al reino celestial.

Es imperante cada día orar, para que Dios nos guie a alcanzar la madurez espiritual como una iglesia comprada a precio de la sangre de Jesús y no ser niños fluctuantes (Hebreos 5:14), a fin de ir creciendo en el espíritu (1 Corintios 14:20). 

Alcanzar la madurez espiritual que el cuerpo de Cristo necesita, nos lleva al propósito de ir creciendo a la estatura de Cristo, para no ser llevados por cualquier viento de doctrina (Juan 10:3). Por tanto, los hijos de Dios son llamados a  escudriñar las Escrituras, para entregar un mensaje fiel y verdadero acerca de Jesús.  

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