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Efesios 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.

Por: Daniel Mora Jiménez.

Desde el principio Dios creó una institución muy importante que consistía en una unidad de dos personas; tal como lo vemos en el libro de Génesis, Dios creó a Adán y al ver que este estaba solo formó a una mujer tomando de su costado y así Dios formó una ayuda idónea para el hombre. Desde aquel momento se inauguró el matrimonio en la tierra, pero también con el vino la responsabilidad en el hombre de ser el sacerdote de su casa.

Por ende, si Dios es el autor del matrimonio entonces el tiene las instrucciones necesarias para saber como comportarnos con nuestras esposas. El Apóstol Pablo, inspirado por Dios, escribe que el amor del esposo debe ser en la misma forma como Cristo amó a la Iglesia. En esta idea, hágase esta pregunta, ¿Cuántas cosas Cristo tuvo que soportar por amor a mí?, y si ha seguido los devocionales anteriores sabrá que han sido muchas nuestras faltas y rebeliones, sin embargo, su amor se derramó sobre nosotros y a pesar de que le fallamos el sigue con sus brazos abiertos esperando que corramos al arrepentimiento y volvamos a la comunión. 

En base a esto, no puedes ser un buen cristiano y tener una vida matrimonial en desorden, es imposible decir que amamos a Dios, pero vivimos ofendiendo a nuestras esposas, Pablo versículos posteriores dice “El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”. Dentro del mismo contexto, el Apóstol Pedro dice “convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil”. Nuestras esposas son las primeras que testificarán si el amor de Cristo es real en nuestras vidas.

Es verdad que cada matrimonio tiene sus detalles personales, pero nosotros, hombres que amamos a Dios debemos conocer y comprender el amor de Cristo para que de la misma forma amemos a nuestras esposas. Por encima de todas las circunstancias en la que podamos pasar, tener una esposa y con ella formar una familia, es un don de Dios, disfruta y cuida lo que Él te ha dado.

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