Ezequiel 3:3 “Y me dijo: Hijo, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel”.
Por: Walter Encalada Pazmiño
El Rollo representa la Palabra de Dios en la forma escrita. Ezequiel tenía que saber y entender la Palabra de Dios antes que podía ir para hablar. Significa que tenía que hacer más que simplemente leerla. Tenía que digerirla para que la Palabra llegará a ser una parte de Él y su vida. Cuando Ezequiel comió y digirió la Palabra de Dios, era dulce en su boca. Es importante saber que lo más dulce es la Palabra de Dios y no podemos amar a Jesucristo sin el amor a su Palabra.
Aunque Ezequiel debía dar un mensaje de destrucción y lamentación, Dios hizo que ese mensaje fuera dulce como la miel para el profeta mismo. La Palabra de Dios, sencillamente porque es su palabra, será amada y apreciada por todos los que están consagrados a Dios y a su causa.
Todos los creyentes, discípulos de Jesucristo hemos sido llamados a proclamar la Palabra de Dios, tenemos esta responsabilidad y privilegiada tarea, por lo tanto, debemos ser fieles, meditar y digerir la Palabra para nosotros mismos, obedecerla y entonces estaremos en condiciones de darla a conocer a otros. Señor Jesús, cuando leo tu Palabra cuan dulce es a mi paladar.