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Ezequiel 36:23 “Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos”.

Por: Nelly Jácome de Pérez 

¿Cómo puede ser profanado el nombre de Dios? La profanación del Nombre de Dios se refiere a cualquier acción o pensamiento que deshonra o desacredita su santidad y su perfección divina. La profanación puede ser visible en aquellos que falsamente hablan en el Nombre de Dios o en aquellos que viven en rebelión contra su voluntad, pero aún se llaman a sí mismos cristianos. 

En la porción bíblica de hoy, la profanación del nombre de Dios es evidente en el pecado del pueblo de Israel, que se ha alejado de su Dios y ha caído en el pecado. Esta profanación es una ofensa tan grave a la santidad de Dios que ha llevado a la nación a sufrir las consecuencias de su pecado y eventualmente a la destrucción del Templo de Jerusalén y al exilio.

La santificación del nombre de Dios es importante porque revela el carácter de nuestro Dios a las naciones. Cuando vivimos vidas santas, las personas pueden ver el amor y la justicia de Dios en nosotros y ser atraídos a Él. La santificación no es un proceso mágico por el cual uno se convierte en un santo de la noche a la mañana, sino más bien un esfuerzo constante para vivir nuestras vidas de acuerdo a la voluntad de Dios y para reflejar su santidad divina en todo lo que hacemos.

Padre Celestial, que pueda andar en tu camino recto y santo, que mis acciones, palabras y pensamientos, honren Tu Santo Nombre. Crea en mi un corazón limpio y renueva un espíritu justo en mí por el poder de tu Santo Espíritu. Que mi vida sea un sacrificio de olor fragante ante ti. En el nombre de Jesús, Amen.

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