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Filipenses 1: 3-5 “Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora”.

Escrito Por: Welinton Flores Flores 

Pablo esta gozoso y agradecido, cada vez que recuerda a los filipenses. Este es un sentimiento que le nace y es tan grande que expresa estos sentimientos en oración, nos damos cuenta que no es una oración que la hace por obligación sino una que fluye con gozo desde el corazón.

Su gozo y gratitud están fundamentados en que ellos participaron en el evangelio con él, y esta participación implica también que Dios ha iniciado la obra en ellos y tienen la promesa de que Dios la perfeccionará. Esta es la base del agradecimiento y gozo de Pablo. 

Pablo nos deja una enseñanza detrás de estos versículos, que cuando tu hablas y testificas de la salvación que Jesús trajo para su pueblo, trae consigo un lindo resultado, gente que te siga y quiera ser y conocer lo que tú eres y vives. El apóstol Juan expresaría este sentimiento de esta manera: “No tengo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Juan 1:4).

Cuando cumplimos con la gran comisión, lo que hacemos es compartir lo que hemos aprendido, a fin de alcanzar almas para Cristo, y eso nos deja una gran responsabilidad, velar por esos nuevos creyentes y hacerlos discípulos de Jesús. 

Padre celestial, nos unimos a la oración del apóstol Pablo para que su deseo sea una realidad en nuestras vidas y en aquellos que amamos y servimos, perfecciona la obra que has iniciado en nosotros, hasta el día de Jesucristo. Te agradecemos por el trabajo hecho hasta hoy en nosotros.

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