Filipenses 1:19 “Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
El apóstol atribuía un gran valor a las oraciones intercesoras de sus amigos (Rom. 15: 30-31; 2 Cor. 1: 11; File. 22). No pedía que los Filipenses oraran por él, pues daba por sentado que ya lo estaban haciendo; así como él oraba por ellos (Fil. 1: 4). ¡Ojalá todos los pastores también pudieran dar esto por sentado!.
Nos necesitamos mutuamente!. El apóstol Pablo no solamente rogaba con gozo por los filipenses, sino que él mismo estaba agradecido por las oraciones de ellos. No era demasiado orgulloso para pedir a otros que intercedieran por él: “Hermanos, orad por nosotros”, dice en 1 Tesalonicenses 5:25 (Romanos 15:30). Por supuesto que Dios puede ayudar aun sin nuestras oraciones. Pero es su declarada intención mover su mano a través de ellas.
Especial confianza y gozo nos da la “suministración del Espíritu de Jesucristo” (Fil. 1:19). Él es el Consolador y eterno Suministrador, tal como Jesús lo prometió en Juan 14:16. La suministración que recibimos por el Espíritu Santo, es ilimitada, inagotable e inconmensurable. Ninguna enemistad de hombres o gobernadores, ni tampoco el odio del enemigo de nuestras almas, lograrán separarnos de Dios. Nada tendrá poder sobre nosotros si el Espíritu Santo mora en nosotros. La carta a los Romanos dice: “Que nada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Ro. 8:39). La suministración del Consolador nos da la fuerza para permanecer arraigados del Señor, aún bajo las más difíciles presiones.
¿Cuáles son las circunstancias que precisamente nos pesan?. ¿Inseguridad, enfermedad, tentación?. ¿Por qué no les compartimos nuestro problema a los hermanos en la fe?. Nos da gozosa confianza cuando sabemos que hay un hermano, una hermana o un grupo de hermanos que interceden por nosotros, que nos ayudan a llevar las cargas. Que Dios nos ayude a ser canales de bendición y apoyo, en el Cuerpo de Cristo, Amén.