Filipenses 2:5-6 “Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse”.
Por: Daniel Mora Jiménez
En este nuevo año Dios nos ha llamado a salir de nuestra quietud, es por eso que parte de la temática de este año inicia con dos verbos imperativos, “id y haced”, dándonos un mandato el cual debe ser atentido por todos aquellos que conforman su Iglesia; luego tenemos la segunda parte del mandato, “discipulos”. Por lo tanto, ¿qué necesitamos para cumplir con este mandato dado por Jesús?.
Estoy casi seguro que usted tiene la respuesta, sin embargo; no está de más recalcar que sentados en nuestros asientos sin hacer nada no es la respuesta correcta. Por lo tanto, al haber recibido este llamado de Dios, ¿Cuál debe ser nuestra reacción?, la biblia nos muestra que nuestra actitud debe ser la misma que tuvo Cristo, quien voluntariamente y su inmenso amor descendió de su gloria, no viendo como algo a que aferrarse, asumiendo un cuerpo humano para entrar al mundo y cumplir con la voluntad del Padre.
El libro de Hebreos 10:7, nos detalla la reacción de Jesús ante la voluntad del Padre, diciendo: “Heme aquí, como el libro dice de mi, hagase tu voluntad”. Esas palabras de amor y entrega cambiaron para siempre el rumbo de la historia de la humanidad. En base a esto te pregunto ¿Estás dispuesto a renunciar a tus intereses para cumplir con el llamado de Dios?, porque Él no vio su gloria, es decir lo más grande de todo el Universo, no le importó a fin de entregarse por amor a nosotros; sin embargo a muchos de nosotros se nos hace tan dificil separar un tiempo de nuestra vida para entregarlo al Señor y servirle anunciando su inmenso amor.
Hoy recibamos este llamado de atención de parte de Dios, en el ejemplo de su Hijo Jesucristo, seamos recíprocos al amor que Él ha demostrado por nosotros y sirvamos con gozo predicando y anunciando que “De tal manera amó Dios al mundo”.