Filipenses 3:20 “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”.

La iglesia del Señor es de condición celestial 

Escrito Por: Walter Encalada Pazmiño 

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. Los redimidos del Señor hemos sido llamados a ser santos, a ser luz del mundo, a resplandecer la luz de Cristo en este mundo oscurecido por el mal, en medio de una generación perversa y mala.  

Nuestra aceptación al llamado de Dios nos hizo diferentes, es lo que nos define como hijos de Dios, haciendo la diferencia en este mundo pecador. Esto debe ser nuestro estilo de vida, pertenecemos a Cristo nos debemos a Dios su Padre, nos hace ciudadanos del cielo, por medio de una nueva vida en Cristo. 

Somos acreedores de una nueva nacionalidad, a más de nuestro país de origen, tenemos otra nacionalidad. Nuestro redentor que nos sacó del mundo pecador, nos hizo ciudadanos del Cielo, nuestra patria es ahora celestial, nuestro futuro es el cielo.

Nuestro Señor Jesucristo volverá un día, nos arrebatará en los cielos trasladándonos a su reino celestial, somos ciudadanos del cielo nuestra condición es celestial (Filipenses 3:20, 2 Pedro 1:4) de propiedad divina (Mateo 16:18), la cual forma un cuerpo en Cristo, del cual Él es la cabeza (Efesios 1:22-23), regalo del Padre al Hijo (Juan 6:37,39, 17:6,9,12). 

Padre celestial te ruego por la vida de cada lector de este devocional, bendícelos a cada uno de ellos y a sus familias, Amén.