Gálatas 5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Escrito Por: Marianella Layana de Jácome
Dominio propio, cuán difícil alcanzarlo, pero no imposible de lograrlo. ¿Cuántas veces hemos llegado a arrepentirnos de nuestra actitud o comportamiento, después de una discusión o de una situación difícil, cuántas veces hemos tenido que acercarnos a alguien a pedir perdón?
El dominio propio es otra marca que nos define como pertenencia de Dios, y muchas veces ese es nuestro error, y fracasamos en nuestro actuar, porque nos olvidamos quiénes somos y a quién pertenecemos.
Alcanzarlo es resultado de un trabajo en equipo, porque una iglesia no puede crecer en dominio propio solo con su esfuerzo humano, ya que requiere mucho más que esto. Debemos buscar la ayuda del Espíritu Santo de Dios a través de la oración, llevando una vida de obediencia. El poder del Espíritu es el que nos llevará a la victoria.
Una vez más recalcamos que el conocimiento de la Palabra de Dios nos ayudará a tener ese dominio, ya que cuando estemos en tentación o cuando estemos a punto de actuar desmedidamente es el momento de traer la palabra de Dios a nuestra mente y no dejarnos llevar por nuestra carnalidad.
La falta de dominio propio traerá muchas consecuencias negativas a nuestra vida, podemos arruinar nuestra vida, podemos arruinar nuestro testimonio.
El dominio propio es una búsqueda constante, un anhelo de vida que todo cristiano debe cultivar. Debemos cultivarlo de manera intencional y continua como Iglesia, dependiendo siempre de la ayuda y del poder del Espíritu Santo de Dios.