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Gálatas 5:24 “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”.

Escrito Por: Ps. David Pérez Vera 

En la actualidad existe mucho engaño religioso por doquier, lo cual hace cada vez más difícil, comprender que significa ser de Cristo. En tal sentido, podríamos sostener que predicaciones puramente entusiastas y faltas de contenido bíblico, hacen creer a muchos que son de Cristo, cuando en realidad no lo son.

Es importante que pongamos mucha atención a esta situación, porque nuestro Padre Celestial revela lo que todo hijo de Dios debe vivir, no dando lugar a sus pasiones y deseos, sino crucificando cada día su carne y esto no ocurre por algo que deba hacerse en sus propias fuerzas, sino únicamente tener la disposición de un corazón sometido a la voluntad de Dios, para que el obre sobrenaturalmente, a fin de ese deseo se cumpla en su vida para su propósito.   

La Palabra de Dios nos aconseja en este día, que crucifiquemos nuestras pasiones y deseos, considerando que esto será posible, si vivimos de manera continua en la presencia de Dios. Por ello, el apóstol Pablo manifestó en Colosenses 3:3 “Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. Lo que nos lleva a recordar también, Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Lo que se nos dice en la Santas Escrituras es que, cuando Cristo fue crucificado, tu y yo como hijos de Dios fuimos crucificados al mismo tiempo. El cristiano ha sido entonces unido al Cristo vivo y la victoria no se obtiene luchando, sino rindiéndose a Cristo. La palabra en el idioma original que encontramos en las Escrituras es “rendirse”, lo cual, es un acto de la voluntad.

Para su reflexión: ¿Ha crucificado sus pecados? ¿Los ha llevado a la cruz para hacerlos morir? ¿Quiere ser de Cristo, sin dejar la mentira, el orgullo, o cualquier otro vicio? ¿Quiere ser de Cristo, sin renunciar a una vida promiscua o de adulterio? ¿Quiere ser de Cristo, sin dejar de ser violento e iracundo? ¿Quiere ser de Cristo sin dejar de amar a este mundo y sus deleites? Déjeme decirle en una sola palabra, imposible. Porque, los que somos de Cristo hemos crucificado la carne con sus afectos y liviandades. Al final del día, podemos engañarnos a nosotros mismos, pero no a Dios, Shalom.

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