Génesis 1: 27-28 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
Dios creó al hombre y a la mujer y los bendijo, dándoles una misión compuesta por dos partes. Primero, multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra con hijos. Vemos que sin la unidad sexual del hombre y la mujer no habría continuidad. La segunda parte de la misión consistía en someter la tierra, cuidarla, cultivarla, y dominar a los animales.
La familia es una hermosa bendición de Dios. ¡Es tan lindo poder disfrutar de momentos agradables junto a aquellos que amamos! La idea de Dios ha sido que nazcamos y crezcamos dentro de una familia para que, entre otras cosas, aprendamos lo que significan el amor, el respeto y el trabajar juntos por el bienestar de otras personas.
Los seres humanos fuimos creados a la imagen de Dios y tenemos un propósito asignado por él. Somos llamados a contribuir en el lugar donde estamos. No solo eso, a diferencia de los animales, los humanos poseemos cuerpo, alma y espíritu lo cual nos da la capacidad de tener una relación de amistad con Dios, fuente de amor y sabiduría. Oramos porque las familias sean bendecidas y guardadas en el hueco de la mano de nuestro Eterno Dios, como lo ha prometido y que las mismas sean responsables en cumplir con el rol asignado por el Eterno, en el nombre de Jesús, amén.