Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.

Escrito por: Dayami González López.

Una de las causas más comunes de porqué nos estancamos en el camino hacia parecernos más a Jesús, es el hecho de ponerle nuestros atributos humanos limitados a nuestro gran Dios. Creemos que, si nuestras propias habilidades no son suficientes, la obra no se podrá realizar. Pensamos que, si la tarea que Dios nos ha entregado, no puede ser resuelta con nuestros conocimientos adquiridos, entones esta no podrá tener lugar. 

Si Dios nos llamó a ser maestros, pero entendemos que no hablamos con suficiente fluidez, ésta aparente limitante muchas veces es suficiente para decirle a Dios: Hasta ahí no llegó. 

O si Dios pone en el corazón de alguien a quien ha llamado siervo, el levantar un ministerio, una obra que requiere inversión económica y no vemos los recursos a la mano, abandonamos. 

Si hay algo en lo que Dios desea que crezcamos es, en aprender a descansar en Él, en mostrarle que le creemos, cuando a pesar de que mis circunstancias y las cosas que ven mis ojos no se parezcan a aquello que Dios prometió; aun así saber que Él abrirá una puerta y lo hará. 

Debemos recordar en cada situación que nuestro Dios es omnipotente, todo lo puede y que llama a existencia lo que no existe. Solo debemos creer.