Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

Hebreos 11:13 “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra”.

Por: Marianella Layana de Jácome.

¿Nos ha pasado que cuando nuestro Pastor o nuestro Líder nos encomienda una tarea ya sea una predicación o pequeña reflexión, participar del culto de oración, salir a las calles a evangelizar nos llenamos de miedo, posponemos esa actividad y hasta en ocasiones preferimos hacer otra cosa o irnos a otro lugar?

¿Cuántos de nosotros en algún momento de su vida no ha postergado para otro día las obligaciones que tiene que hacer hoy? este mal hábito de dejar todo para el último momento, o de retrasar lo que debemos hacer por miedo o temor reemplazándolas incluso por otras actividades menos importantes, es lo que nos detiene o nos limita a servir a Dios fielmente como Él se merece.

Debemos cambiar nuestros pensamientos, que no sean los nuestros sino los de Jesús, debemos desechar esos pensamientos inadecuados como no me gusta, no estoy capacitado, otro puede hacerlo mejor que yo; emociones equivocadas que nos impiden servir fielmente. La vida sin lugar a dudas no es lo que imaginamos.  Dios está al control y Él es el que dispone de ella.  Y es algo gracioso porque muchas veces terminamos haciendo todo aquello a lo que nosotros huimos, o que pensamos que no estamos capacitados a hacer.

Muchas veces algunos mueren antes de culminar lo que empezaron, así como pasó con Moisés, con José, con David, otros en cambio viven lo suficiente como para poder cosechar lo que sembraron y ver todos esos frutos del trabajo en la obra. Todo esto demuestra la autoridad y dominio de Dios sobre nosotros y cómo la obra de Dios crece y avanza indistintamente de lo que nosotros hagamos o dejemos hacer.

Todos esos maravillosos personajes descritos en este capítulo 11   hicieron y vivieron grandes cosas y es porque no se consideraron ellos mismos como suficientes, ni valoraron más sus vidas y posesiones, sino que colocaron sus ojos, sus esperanzas, sus limitaciones, sus debilidades, sus expectativas, todo lo depositaron en Dios, creyendo que Él era fiel y suficiente para cumplir su Palabra.

La obra de nuestro Padre Siempre es y será suficiente, completa, Dios no necesita de nosotros.  Él no solo nos llama a hacerlo todo con excelencia, sino también a perseverar en fidelidad.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.