Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

Hebreos 12:10 “Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad”.

Escrito Por: Ps. David Pérez Vera

Hoy el Eterno nos habla por medio de una hermosa Palabra que, se la compara directamente en la relación que un padre tiene con su hijo en el periplo de su crecimiento. Con lo mencionado, una verdad aparece en nuestra retina cognitiva, es que, no necesitas tener hijos para saber que un adulto puede tomar mejores decisiones que un niño, esto como principio.  Estrictamente por la experiencia del adulto, logrará tutelar al niño mejor que si viviera solo.  En este sentir, todos los padres están llamados a practicar la disciplina en el diario vivir de la vida de sus hijos, por cuanto los hijos lo necesitan, necesitan límites, reglas claras, principios y sobre todo conocer el amor del Señor para con ellos, tomando en cuenta que de esta manera serán guiados y condicionados en la toma de decisiones hasta alcanzar la madurez integral.

Una característica clara en la vida del ser humano, es que, a mayor crecimiento, en muchos casos, mayor orgullo, autosuficiencia, ego y banalidad. Por eso, se hace necesario censurar, filtrar y limitar a los hijos. A lo largo de esta reflexión, es sorprendente darnos cuenta, que con frecuencia nos comportamos como niños o adolescente delante de nuestro Padre Celestial, al revelarnos muchas veces a través del diario vivir con acciones que dejan ver nuestro nivel de inmadurez espiritual, cuestionando lo que Él ha establecido en Su Palabra.

Nuestra manera limitada de pensar nunca podrá estar por encima de la grandeza Divina del Eterno, aunque nuestro comportamiento a través de una carne débil nos haga pensar lo contrario. Por eso hoy, Dios nos anima a pensar constantemente en lo que es bueno, meditando Su Palabra y no separarnos de Su Presencia, con la finalidad de cada día mejorar nuestra comunión con Él, sometiéndonos a lo que Él nos disponga y corrija en nuestras vidas.

Finalmente, amados hermanos y amigos, no luchemos contra la disciplina de Dios, porque, la disciplina del Eterno nos lleva a humillarnos y a exaltarle por la eternidad, sabiendo que esto nos permitirá participar de Su Santidad y comprender que la obediencia traerá a nuestras vidas bendiciones delante de Su presencia. Shalom, Cristo viene pronto.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.