Hebreos 13:8 “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”.

Por: Dayse Villegas Zambrano 

No hay modelo más grande de fidelidad para nosotros que Jesucristo. El autor de Hebreos lo resume de hermosa manera: eternamente él es el mismo. Escuchemos a Jesús. Él dijo de sí mismo: Yo soy la luz del mundo. No solo lo fue mientras caminó en la tierra. En este tiempo de oscuridad e incertidumbre y de malas noticias que se superan a sí mismas día tras día, Jesús sigue siendo la luz que no se apaga. No temamos a la oscuridad porque el que viene a él no anda en tinieblas. 

Él dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. En este tiempo de enfermedad y muerte, Jesús sigue siendo el vencedor de la muerte y el Señor de la vida. Él dijo también: Yo soy el principio y el fin. En una época en que todos se preguntan cómo terminarán todas estas cosas, y si se acerca el fin del mundo, podemos tener una certeza. Jesús es el fin de todas las cosas. Cuando todo termine, él estará allí, esperándonos.

Él dijo: Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Jesús no solo aparecerá de repente en las nubes en el tiempo señalado. Jesús está aquí. Ha estado aquí todos los días. Y seguirá estando aquí.  Ahora usted tome ese ejemplo y sígalo. Sea luz. Sea esperanza. Sea fiel.