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Hechos 2:46 “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”. 

Por: Walter Encalada Pazmiño 

Desde el Siglo V (a.C) el término “Ekklesia” se aplicaba generalmente a cualquier grupo o reunión, en la traducción griega del Nuevo Testamento conocida como la Septuaginta, se emplea el término “Ekklesia” para señalar una asamblea de israelitas, este término muchas veces se intercambiaba con la palabra sinagoga.

En el primer siglo la persecución a los cristianos era constante, razón por la cual, ellos se reunían donde podían.  Antes de Constantino el cristianismo no era reconocido en Roma como una religión, y no se les permitía levantar iglesias, eran siempre perseguidos, a pesar de todo esto, en cada comunidad los primeros cristianos se aceptaban como hermanos y compartían todas las cosas. “Así es que ya no sois externos ni forasteros, sino que sois ciudadanos con los santos y también miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo, Jesucristo mismo. Toda su estructura está unida y se forma como templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois edificados espiritualmente en morada de Dios” (Efesios 2:19-21).

La vida de los primeros cristianos estaba enfocada, en compartir todas las cosas juntos, tenían todas las cosas en común absteniéndose de todo lo impuro, se amaban unos a otros y no había falsedad entre ellos. La Palabra de Dios lo confirma: “Y perseveraban unánimes cada día en el templo y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían ser salvos” (Hechos 2:46-47).

La Iglesia está formada por personas de diferentes orígenes, culturas, y dones espirituales, pero todas participan de la unidad en Cristo Jesús y en el Espíritu Santo, la unidad de la Iglesia es una obra sobrenatural del Espíritu Santo que une a todos los creyentes en un solo cuerpo que es la Iglesia.

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