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Hechos 2:46 “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”.

Por: Xavier Yánez Cando

Continuando con el capítulo 2 del libro de los Hechos en este versículo, se describe la vida de la iglesia primitiva después del Pentecostés. Los creyentes se caracterizaban por su unidad, devoción y gozo en la comunión y sobre todo la perseverancia.

Este pasaje nos muestra lo hermoso que es la comunidad cristiana. La iglesia primitiva se reunía diariamente en el templo y en los hogares, compartiendo comidas y compañerismo con alegría y sencillez de corazón. Su unidad y gozo eran un testimonio poderoso del amor de Cristo.

La unidad de la iglesia primitiva era un reflejo de su unidad en Cristo. Debemos esforzarnos por mantener la unidad en nuestras iglesias, dejando de lado las divisiones y los conflictos, la comunión de la iglesia primitiva no era superficial, sino profunda y significativa, compartían sus vidas, sus bienes y sus corazones, debemos buscar relaciones genuinas con nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

La sencillez de corazón de la iglesia primitiva era un reflejo de su humildad y sinceridad. Debemos cultivar un corazón humilde y sincero, libre de orgullo y egoísmo, para que la sociedad crea en la unidad de la iglesia de Cristo en la actualidad.

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