Isaías 35:8 “Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará”.
Por: Nelly Jácome de Pérez
El camino que lleva a la santidad es una ruta importante que nos enseña cómo mantener una vida justa y recta. Nuestras vidas son un viaje y cada individuo tiene la oportunidad de elegir su camino hacia la santidad o hacia la degradación.
El camino de la santidad tiene tres características importantes. La primera se encuentra en Isaías 35:8: “No pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará”. El camino de la santidad es un lugar de santidad. Está reservada a los que son justos a los ojos de Dios. Nadie que entre en el reino será necio o pecador. Solo Cristo proporciona el camino de la santidad, al haber cambiado Su justicia perfecta por nuestro pecado (2 Corintios 5:21). Su justicia se nos imputa, permitiéndonos ser santos, como Él es santo. El camino está reservado solo para Su pueblo.
En segundo lugar, el camino de la santidad es un lugar seguro, reservado a los redimidos del Señor. “Allí no habrá león, ni subirá por él bestia feroz; Estos no se hallarán allí. Sin embargo, por allí andarán los redimidos. Volverán los rescatados del Señor” (Isaías 35:9-10, NBLA). Esto es indicativo de la seguridad y protección que el pueblo de Dios experimentará en el camino. En el camino no se permitirá la presencia de personas malvadas, simbolizadas por leones y bestias voraces. Los redimidos del Señor caminarán por ella en paz y seguridad.
En tercer lugar, el camino de la santidad será un lugar de alegría: “Entrarán en Sión con gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido” (Isaías 35:10, NBLA). Al igual que los cautivos rescatados regresarían gozosos de Babilonia, todos los redimidos del Señor entrarán gozosos en el reino milenario.
Todo valdrá la pena cuando veamos a Jesús. Fija tu mirada en Jesús y avanza por el camino de santidad que Dios ha trazado ante ti. (Filipenses 3:12-14). La santidad nos da la libertad de vivir para Dios con gozo y alegría, sabiendo que vamos en un camino seguro. No hay tristeza en el camino de la santidad, Amén.