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Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones, y no me acordaré de tus pecados”.

Por: Marianella Layana de Jácome

Hay personas que nacen con una memoria privilegiada, incluso aducen que recuerdan cosas desde que eran muy pequeños. Existe un síndrome llamado hipertimesia, un síndrome que causa una memoria autobiográfica muy superior a la normal, también se pueden ver afectadas por recuerdos falsos.

Otras personas por el contrario tienen una memoria muy frágil.  Pero lo extraordinario de nuestro Padre Dios es que, siendo Omnisciente, Él nos dice “no lo recuerdo”. Es una verdad en extremo liberadora; Dios nos brinda la oportunidad de considerarnos libres de mirar su rostro y no escondernos, porque sus ojos llenos de amor y misericordia cuando me he arrepentido de corazón me ve como si nunca hubiera cometido ninguna acción contra Él.

Muchos cristianos siguen experimentando el sentimiento de culpa por tantas cosas que pertenecen al pasado y que aún siguen arrastrando o trayendo a su mente, sentimientos de culpa por cosas que hicimos o dejamos de hacer, cosas que dijimos o callamos.  

Estas palabras vienen solo para hacerte esclavo de esos pensamientos negativos y con ellos llevarte al dolor y la frustración. ¿Hasta cuándo seguiremos experimentando sentimiento de culpa? 

Dios nos dice: No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz, ¿no la conoceréis?  Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la tierra estéril.  (Isaías 43:18-19). Cuando confesamos nuestros pecados a Dios, podemos dejar de reproducirlos una y otra vez en nuestra mente. En su gran amor, Dios decide no recordar nuestros pecados nunca más.

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