Isaías 55:11 “así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
Cuando Dios habla, ¡Nada permanece igual! En el principio del tiempo, Dios habló, y el universo fue creado de la nada. ¡Dios siguió un diseño cuando creó la tierra! El habló, ¡Y así fue! ¡Y era bueno!. En Génesis 1:3-4, Dios dijo: ¡Que haya luz!» Y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas.
Este modelo continuó a través de toda la Biblia. Cuando Dios reveló Sus planes, las cosas sucedieron exactamente como Dios lo había dicho. Y Dios consideró el resultado como “Bueno”. Filipenses 2:13 dice, Porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por Su buena voluntad.
¡Dios no hace sugerencias! El habla con la plena determinación de que lo que Él ha dicho… ¡Se Hará! Cuando Jesús habló, lo que Él dijo, ¡Pasó! Los leprosos descubrieron, que una Palabra de Jesús, significaba sanación. A través de una higuera seca, los discípulos vieron, que una maldición de Jesús, significaba destrucción. La mujer pecadora experimentó el perdón por medio de una palabra de Jesús. Juan 8:11 dice que Jesús le dijo: Tampoco Yo te condeno. Vete, y no peques más.
¿Qué pasa cuando Jesús le habla? ¿Ha estado leyendo las palabras de Jesús en su Biblia sin experimentar ninguna transformación alrededor suyo? Jesús condenó a los fariseos, porque ellos asumieron que el conocimiento de la Palabra escrita, les daría vida. Ellos estaban más satisfechos, teniendo las Palabras, que experimentando a la persona autora de esas Palabras.
¿Cuán poderosa es una Palabra de Dios en su vida? A lo que lee su Biblia, y ora, escucha lo que Dios tiene que decirle acerca de Su voluntad para su vida, Amén.