Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.
Por: Ps. David Agustín Pérez Vera
Que promesa se hacía aproximadamente hace siglos, antes de que se registrara el evento que transformaría la historia de la humanidad. Momento transcendental para toda la creación, el cual partiría en dos la historia de la humanidad, el antes de Jesús y el después de Él. Promesa basada en un plan divino, trazado por el Padre Celestial para salvar y redimir al hombre sumido en el pecado, aquel hombre que desobedeció y cayó de su gracia.
La promesa de Dios, el regalo prometido “Jesucristo nuestro Salvador” para la humanidad pudo ser realidad en tu vida y en la de muchas personas alrededor del mundo, cambiando un pasado oscuro a un presente y futuro lleno de esperanza, luz y vida eterna en Cristo Jesús. Con Jesús la oscuridad se convierte en luz, la muerte en vida, el cautiverio en libertad, la tristeza en gozo, el lamento en alegría, el temor en confianza, la angustia en paz.
Hoy en día ese evento también puede estar esperando ser manifestado en la vida de otros, que están sin Cristo y sin esperanza. Como iglesia de Cristo, tenemos la maravillosa oportunidad de convertirnos en un instrumento de bendición, siendo atalayas, embajadores, cartas abiertas para que sean leídas por todos los hombres, su boca, para proclamar de aquel Salvador, que vino a este mundo a dar Su Vida, para traernos vida eterna.
¡Recibe el regalo que Dios te da hoy, Su Hijo, no esperes más! Shalom.