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Job 4:3 “He aquí, tú enseñabas a muchos, y fortalecías las manos débiles”.

Por: Walter Encalada Pazmiño 

En cada uno de los evangelios nos relatan el trabajo de los hombres  que el Maestro escogió, para la expansión del evangelio en toda la tierra,  todos ellos diferentes pero decididos a trasmitir su mensaje,  Juan predicaba el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados  y todos lo que habitan en la provincia de Judea y Jerusalén eran bautizados por el apóstol, en el rio Jordán y les decía a toda la multitud que rodeaba al Apóstol  “ El que viene tras de mí  el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatar la correa de su calzado, yo a la verdad os he bautizado con agua, pero él os bautizara con Espíritu Santo, (Marcos 1:7-8)” escuchando el llamado cada uno de sus seguidores  decidieron seguirlo, y les decía “Venid en pos de mí y hare que seáis pescadores de hombres” (Marcos 1:17). 

Para la obra del evangelio aquí en la tierra, muchos dejaron todo por seguirlo, por escuchar las sabias enseñanzas del Maestro, comprendieron la urgente necesidad de llevar el mensaje de salvación a toda criatura, restaurando   comunicación con nuestro Padre Celestial, llevando consolación a las personas atribulados, explicaba el supremo mandato de nuestro creador de ir y predicar a toda criatura el mensaje de salvación.  

Este ejemplo de los discípulos de Jesús desde los inicios del cristianismo, es necesario emularlo en nuestras vidas como cristianos, como discípulos de Cristo, dado por el Maestro, por amor a las almas perdidas, en los evangelios hay   ejemplos que nos dio el Maestro cuando hablaba con sus discípulos y del amor que tenía por las almas. Como discípulos de Cristo mantener su legado en cada una de las congregaciones de los santos. Mantener día a día el amor a nuestros hermanos, ese siempre será nuestro trabajo como discípulos de Cristo, sin olvidar el compartir su mensaje de salvación a todo inconverso, seguir trasmitiendo cada día su mensaje de salvación, es prioridad porque la maldad de los hombres va en aumento, cada día experimentamos ver a una juventud perdida en las drogas, desvalorizada, sin Dios ni ley.

Como discípulos del Maestro, nuestra principal meta es llegar a todas esas almas perdidas, sin olvidar escudriñar las Sagradas Escrituras, para aumentar el conocimiento de su Palabra.  De la misma forma, el trabajo como discípulos de Jesús debe ser constante, anunciando las buenas nuevas de salvación, al igual cuando el Señor los llamó, ellos asumieron su responsabilidad acompañando al Maestro a todo lugar, fueron responsables de cumplir la   misión emanada de Jesucristo. El llamado a los discípulos de Jesús era realizar la obra dada por el Padre, nuestro trabajo también será ese, hacer la voluntad del Padre Celestial.

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