Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
Por: Ps. David Pérez Vera
Regalos y más regalos, corren por doquier en épocas de celebraciones en todo el mundo, basado en un criterio consumista. Todos se preparan para recibir un regalo en tiempos como estos. ¡Que maravilloso, recibir regalos!
Porque no decirlo a viva voz, nos encanta que nos regalen cosas u objetos, es un anhelo de la gran mayoría de personas recibir regalos. Recibimos los regalos con mucha alegría y gozo, sin importar la edad que tengamos, regalo es regalo, y nos llena el corazón saber que alguien se tomó el tiempo, para tener un detalle con nosotros.
El Eterno Padre hace dos mil años, nos entregó el mejor regalo que puede habérsele dado a la humanidad, nos dio a su único hijo a Jesucristo, Él dejó su gloria para entrar en nuestro tiempo y cumplir con un plan trazado por Abba, redimir al mundo del pecado y entregar la vida eterna, a todo aquel que crea en Él. Ahora hagámonos las siguientes preguntas ¿Anhelamos recibir el regalo de Dios hoy mismo? ¿Anhelamos ser hijos de Dios? la respuesta a estas interrogantes es muy sencilla. Recibamos entonces a Cristo como nuestro Salvador y creamos en él de todo corazón.
Que gran bendición concedida por nuestro Eterno Dios, el desea que seamos sus hijos y no solo sus criaturas (Juan 1:12), al recibir por fe el regalo inmerecido que Él le ha concedido a la humanidad, a Jesucristo el Salvador del mundo; pasamos a ser parte de la familia de Dios. Las Escrituras nos dice en Gálatas 3:26 “Son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”, Shalom.