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Juan 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. 

Por: David Agustín Pérez Vera

Hace muchos años, es decir aproximadamente 2000 años atrás, cuando Jesús nació, Dios se hizo hombre. ¡Que maravilloso, aleluya! No era mitad hombre ni mitad Dios, era todo Dios y todo hombre. Realmente un enorme privilegio, para todos aquellos que tuvieron la oportunidad de caminar junto a Él. 

Algo que es muy importante conocer, es que antes de que Jesucristo viniera corporalmente a este mundo, la gente podía conocer a Dios en parte. Luego de su venida, lo conoció en su totalidad porque vino visible y tangible en Jesús. Cristo es la expresión perfecta de Dios en forma humana. 

Pero tenemos que reflexionar en estos tiempos y en todo momento, sobre el propósito en nuestras vidas, de que Jesús haya venido físicamente a este mundo. Jesús vino a ser el Maestro perfecto, cuya enseñanza tiene que ser real en nuestras vidas. Jesús vino a ser el ejemplo perfecto, al mostrarnos como debemos de vivir. Jesús vino a ser el sacrificio perfecto, al ocupar nuestro lugar en la cruz del calvario, su muerte satisfizo las demandas de Dios Padre para la cancelación del pecado. ¡Maravillosa reflexión, para compartir en esta Navidad y en todo tiempo! ¡El mejor regalo que podamos recibir en esta vida, es Jesús, quien nos da vida eterna! ¡Siente Su Gloria, siente Su Presencia!, Shalom.

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