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Juan 13:10 “Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos”.

Escrito por: Dayami González López

En Juan 13:10 Jesús les dice a sus discípulos “el que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio y ustedes están limpios”. En esta declaración de Jesús podemos ver algunas verdades: Después que los discípulos aceptaron a Jesús como el Mesías esperado y caminaron con Él, ya estaban limpios; pero el hecho de estar todo limpio, no significaba que no podían ensuciarse los pies, saberse lavados tampoco excluía la necesidad de limpiarse los pies, cuando estos se ensuciaran y por último el mismo Jesús, por quien fuimos en su sangre “lavados completos” está dispuesto a lavarnos los pies cuando nos ensuciamos, sin importar cuán grande sacrificio hizo para lavarnos, aún está dispuesto a limpiar nuestros pies.

La expresión de Jesús “ustedes están limpios” hace referencia a que ya fuimos enteramente perdonados de nuestros pecados por Él, pero la expresión que se lee en el versículo 8 b) del mismo texto, cuando dice “si no te lavare, no tendrás parte conmigo” habla de la necesidad de venir y vivir el proceso de santificación. Reconocer cuando nuestros pies han sido ensuciados para que Jesús los lave.

Sólo caminando con Jesús, bajo su luz, podremos ver cuándo hemos ensuciado nuestros pies, pero sólo caminando con Él tendremos garantía de que nuestros pies sucios serán limpiados. La recompensa: Sólo los que fueron limpiados, pudieron sentarse a la mesa con el maestro.

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