Juan 13:34 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”.
Por: Walter Encalada Pazmiño
La raza humana vive esparcida alrededor de este planeta llamado tierra, somos parte de este mundo, creados por la mano de Dios el Padre, lamentablemente no todas las familias provienen de un hogar cristiano. Mi país Ecuador, descendiente de pueblos nativos y por ser parte de la conquista española hace muchos siglos, heredó su cultura y religión.
Por tanto, bajo esta premisa mis padres me instruyeron como un hogar católico, pero a pesar de esto, nunca he de olvidar sus enseñanzas, cimentados en el amor y respeto a Dios y así fui creciendo, pero ya en mi juventud, pude encontrar el verdadero amor de Dios, escrita en su Palabra, la Santa Biblia, donde puede conocer el sacrificio de su único Hijo en la cruz, para pagar todas nuestras culpas y pecados, haciéndome partícipe de su amor y vida eterna y poder vivir una paz que sobrepasa todo entendimiento.
Hoy tenemos una misión, la de brillar ante el mundo para que la unidad del Padre, Hijo y su Espíritu Santo, sea luz a todos los perdidos que no conocen el verdadero amor de Dios, es en esta unidad que manifiesta a Cristo y permanece férreamente unida al Espíritu Santo, diseñada por Dios, poniendo de manifiesto su Gloria y su amor por la humanidad.
Como hijos de Dios y hermanos unidos por su sangre, somos llamados a emular esa unidad perfecta, por cuanto hemos recibido a Cristo como nuestro Señor y Salvador y conformamos su cuerpo, siendo Él la cabeza que la dirige y sustenta.