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Juan 14:26 “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.

Por: David Agustín Pérez Vera

Que maravillosa guía que nos ha dado nuestro Padre Celestial, por cuanto en este día se nos recuerda que, así como el Hijo vino a esta tierra en el nombre del Padre, así el Padre debía enviar al Espíritu en el nombre del Hijo, es decir con el mismo poder y con la misma autoridad. Esto nos pone al frente de algunas interrogantes, entre ellas, ¿Qué vino hacer el Espíritu Santo de Dios? El Espíritu Santo vino a cumplir dos cosas: La primera, “enseñarnos todas las cosas”, y lo segundo, “recordarnos todas las cosas que Cristo les había dicho a sus discípulos”. En tal sentido, podemos matizar lo que deberían comprender los apóstoles de lo que Jesús les dijo, “que esta gracia del Espíritu Santo obraría de una manera divina en ellos”, caso contrario, los habría dejado como aquellos hombres medio instruidos y desconcertados, débiles y tímidos, como al inicio de su ministerio, todos incapaces de evangelizar al mundo sea con su predicación o sus escritos. 

Adicionalmente, el Espíritu Santo debía recordarles para reproducir toda la enseñanza de Cristo, como Él quería que se hiciera. La presencia del Espíritu Santo, más que guiarnos a entender todos los asuntos de la vida espiritual, nos ayuda a vivir acorde a ellos. 

Por ejemplo, el apóstol Pablo dice a los Corintios que, el que no, tiene el Espíritu no puede entender las cosas de Dios porque para él, le es locura, en cambio el que tiene el Espíritu Santo si entiende. Siendo necesario, tener presente que el Espíritu Santo o también presentado en las Sagradas Escrituras como Parakletos, es para nosotros, Consolador, Intercesor y Auxiliador; este sustantivo es una palabra compuesta, la primera raíz es la preposición (pará), que significa: de parte de, para dar la connotación que alguien fue enviado, la segunda raíz es el verbo (kaléo), que significa llamar, invitar, auxiliar, consolar y construir. Es otras palabras, el Parakletos es alguien que consuela profundamente, y mientras hace este proceso terapéutico de consolación, infunde paz; por eso los hombres santos de la Biblia, concibieron al Espíritu Santo con el título de Parakletos, porque Él construye, santifica, edifica y regenera el interior de todo aquel que tiene a Cristo en su vida.

Es tiempo de perseverar en nuestra vida espiritual y para ello, pidamos a nuestro Padre Celestial que Su Espíritu Santo, nos haga comprender y empoderarnos del ejemplo que Jesús nos dejó en su Palabra, para vivir de acuerdo a ese estilo de vida, Shalom.

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