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Juan 16:24 “Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”.

Por: David Agustín Pérez Vera

Hoy el Eterno nos bendice por medio de Su Palabra, conociendo cada una de nuestras necesidades y luchas que enfrentamos en el devenir de los días. En tal sentido, tengamos presente que no importa, con cuanta anticipación planifiquemos nuestras actividades o cuanto ahorremos o invirtamos inteligentemente, la vida llevada así de esa manera, no podrá garantizarnos que no habrá reveses. Abiertamente, la Palabra nos indica que no es una satisfacción contrapuesta ir a Dios y en oración solicitar en el nombre y autoridad de Jesús, lo que nos haga falta. 

Nuestro Padre Celestial espera que ejercitemos la fe en Él, antes que nos provea y supla esas necesidades. Sólo Él sabe lo que realmente necesitamos, para crecer cada día, no en nuestras fuerzas o reservas económicas, sino en la voluntad de depender de Él para todo. Hoy nos recuerda esa hermosa promesa, que cuando pidamos en su Nombre, Él proveerá todo lo que necesitemos cada día, haciendo y cumpliendo Su Voluntad perfecta para nuestra vida. 

La Palabra nos dice en el Antiguo Testamento lo que el Todopoderoso le decía a Su pueblo Israel. Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. Asimismo, nuestro Señor Jesús dijo en Mateo 6:8 “No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis”. Al final del día, si necesitamos salud, recursos económicos, paz, entre otras cosas necesarias, sigamos la oración establecida en el evangelio de Mateo 7:7 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”, a fin de que el Señor provea, de acuerdo a Su Voluntad perfecta para nuestras vidas.

Bendito Padre Celestial, hoy como hijos tuyos ponemos todo en tus manos, porque sólo Tú obras de maneras tan maravillosas. Confiamos en que Tú y nadie más que Tú tomarás nuestras necesidades y cualquier causa de angustia y lo cambiarás en una inspiración de gozo, en la autoridad de Jesús, Shalom.

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