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Juan 17:21 “Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea, que tú me enviaste.”

Por: Ericka Herrera de Avendaño.

En el corazón de Jesús, la unidad entre sus seguidores era un tema de profunda importancia. En su oración sacerdotal registrada en el Evangelio de Juan, Jesús expresó su deseo ardiente de que todos los creyentes fueran uno, así como Él y el Padre son uno. Esta unidad no solo tendría un impacto poderoso en la comunión entre los creyentes, sino que también sería un testimonio para el mundo incrédulo.

La unidad de los siervos es un reflejo de la unidad divina entre el Padre y el Hijo. Es un lazo profundo que trasciende y une a personas de diversas culturas y dones, en un solo cuerpo de Cristo. A través de esta unidad, mostramos al mundo que somos verdaderos seguidores de Jesús y que Él es quien nos envió.

La unidad no significa que debemos estar de acuerdo en todo, sino que debemos mantenernos unidos en el amor de Cristo. Es una comunión que se basa en el respeto mutuo, la humildad y el perdón. Al vivir en unidad, superamos las divisiones y las rivalidades que el mundo promueve y demostramos el amor de Dios en acción.

La unidad entre los creyentes tiene un propósito misionero. Jesús nos dice que esta unidad es para que el mundo crea que Dios le envió. Cuando los incrédulos ven la forma en que nos amamos y nos cuidamos unos a otros, cuando ven nuestra unidad en medio de las diferencias, encuentran un testimonio convincente del amor y la verdad de Cristo. Nuestra unidad es un anuncio vivo del evangelio que habla más fuerte que cualquier palabra.

En este mundo fragmentado y polarizado, nuestra unidad es un faro de esperanza y reconciliación. Cuando vivimos en unidad, estamos participando activamente en el cumplimiento de la palabra de Dios. Estamos siendo instrumentos de transformación en un mundo desgarrado por conflictos y divisiones.

Hoy, le invito a reflexionar sobre la unidad. ¿Cómo puede fomentar la unidad entre sus hermanos en Cristo? ¿Dónde puede extender perdón y buscar la reconciliación? Recuerde que la unidad con otros creyentes no solo es importante para su propio crecimiento espiritual, sino también para que el mundo pueda conocer a Jesús a través de su testimonio.

Oremos para que el Espíritu Santo nos guíe y nos capacite para vivir en unidad y amor mutuo. Que nuestras vidas sean un testimonio vibrante de la hermosura de la unidad en la comunión, para que el mundo crea en Jesús y en el amor redentor que nos une. Que nuestra unidad sea un reflejo tangible del carácter y el amor de Dios en el mundo.

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