Lucas 1:74-75 “Que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos en santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.
Por: Nelly Jácome de Pérez
Lucas nos dice hoy que Dios nos libra de nuestros enemigos. Él es nuestro protector y guarda nuestra alma. Esto no significa que no tendremos problemas o dificultades durante nuestra vida, sino que Dios nos protege de las fuerzas espirituales malignas que intentan dañarnos.
Esta promesa está destinada a nosotros y durará toda nuestra vida. Dios ha jurado dar esta bendición a aquellos que han sido librados de la mano de sus enemigos. Quiénes son nuestros enemigos?. Podríamos resumir como: El pecado, la carne, el mundo, el diablo y la muerte.
En la Biblia, la palabra “enemigo” a menudo se refiere a fuerzas espirituales malignas. Satanás y sus demonios son nuestros enemigos espirituales y hacen todo lo posible para alejarnos de Dios y hacernos caer en el pecado. El apóstol Pedro nos dice en 1 Pedro 5:8 “que satanás anda alrededor como un león rugiente, buscando a quién devorar”. El enemigo está en todas partes y siempre intenta tentarnos para que desobedezcamos a Dios.
Debemos orar y pedirle a Dios que nos proteja de las tentaciones y que nos de la fuerza para resistir al pecado. Al leer la Palabra de Dios y tener una comunión estrecha con él, estaremos preparados para reconocer cualquier intento del enemigo de desviarnos del camino y calzada de santidad.
Hemos sido rescatados de nuestros enemigos para poder servir a Dios sin temor, en santidad y justicia, mientras vivamos (Romanos 6:18), Amén.