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Lucas 2:52
Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

Escrito Por: Marianella Layana de Jácome

Cuando éramos niños, era muy frecuente tener en nuestros pensamientos el deseo de ser grandes, dejar de ser niños para ser tratados como adultos, poder tener la libertad de decidir, y tener independencia.

Así como anhelábamos crecer en estatura, asimismo debemos tener en nuestro corazón el deseo de crecer espiritualmente, no conformarnos a quedarnos pequeños, así como nuestro Señor Jesucristo que a medida que crecía en estatura crecía en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres.

¿Ahora que somos adultos, como Iglesia de Cristo hemos alcanzado esa Gracia y sabiduría?

Sabiduría no significa tener conocimiento sino saber usar la información que tenemos.  Ser sabio es ser capaz de usar la información de manera correcta, comprender nuestras elecciones y tomar buenas decisiones.

Tener “gracia” no significa tener seguidores, Jesucristo influenciaba en los demás para bendición, y sobre todo agradaba a su Padre en todo.

Cuando un niño no crece, no gana peso, son alarmas para los Padres, preocupados por la desnutrición o por algún problema hormonal, inmediatamente buscan ayuda de un profesional de la salud, porque el anhelo de todo Padre es tener hijos robustos, sanos, fuertes. La señal que distingue a un cristiano inmaduro  es que no quiere continuar creciendo en la fe, y se conforma únicamente con haber recibido a Jesús en su corazón.  Si esa es nuestra condición, que esa alarma se encienda en nuestro interior y tengamos esa preocupación por nuestra salud espiritual y busquemos  de todo corazón a Cristo y así crecer cada día más espiritualmente.

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