Marcos 10: 43 “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”.

Por: Marianella Layana de Jácome.

Nada es más contradictorio a los principios y creencias de este mundo que la Palabra de Dios.

Aunque para muchos resulte difícil de entender, la grandeza del cristiano proviene de servir, mientras más servimos, más grande seremos.

Cuando vamos al banco, ¿es acaso la persona de limpieza más importante que el gerente?, o cuando vamos a un restaurante el mesero es más importante que el administrador?, en el mundo es así, la realidad es muy diferente, los que pertenecen al servicio, los que ocupan cargos de menor rango, tienen menos privilegios, menos beneficios.

Pero para el cristiano, el vivir como siervo y esclavo del Señor, sirviendo en la obra y sirviendo al prójimo, tiene un rol muy importante y sobre todo agrada a Dios.   No hay mayor ejemplo de servicio y de humildad que nuestro Señor Jesucristo, ¿acaso hemos visto a un Gerente lavarle los pies al personal de limpieza o al de seguridad? Claro que no, pero nuestro Salvador sí lo hizo, Él siendo Dios no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se humilló tomando forma de siervo y recalcando que no vino a este mundo a ser servido sino a servir. 

¿Qué posición ejercemos en nuestro día a día, somos de aquellos que se sientan a esperar recibir, a ser servidos porque sienten que se lo merecen, o somos del grupo que se dedica a servir y a ayudar al prójimo por amor a Dios y a la humanidad? Padre amado ayúdanos a tener una vida de servicio fiel e integral, que sirvamos al prójimo con amor y humildad, como lo hizo Jesús, sin otro interés que glorificar y honrar a nuestro Padre celestial.